José Luis Torrego
LE MORTE DARTHUR
Hay un día en que dices adiós a todo. A asistir a las damas que imploran tu
brazo, a sentarte en la vacante Silla Peligrosa, a conceder piedad a los
vencidos cizañeros, a no arrancarles el yelmo y escindirles la mandíbula en
dos de abajo a arriba de un hachazo. Hay un día en que no puedes internarte
más en los bosques que pueblan mil doncellas, mil ciervos albos, mil
contrarios torvos. El bosque sin más senda que la fortuna; y el destino está
siempre en lo hondo de ti mismo. Y le dices adiós a todo. Al filo de la roca,
a la espada en el lago, a la vaina -más noble que la hoja, pues en tu mano
impide desangrarse-; al consejo de Merlín el Sabio, a la dulce dama de
Ascalot, que enamorada ruega ser tu esposa, o implora al menos ser tu
paramour. Mas el cuidado sale del corazón -le explicas-, no puede ser forzado.
Sí, hay un día en que dices adiós a todo. Te retiras el yelmo, liberas las
manos del guante de cota, dejas la roja armadura e intentas olvidar que el
Grial existe. Para que exista por fin tu existencia. Y ese día... entre el
fango y los espinos, Camelot se anega.
Piel disidente, Editorial Lastura 2015
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