Fausto & Almerinda Gaspar
No hay lejos ni distancia
Mientras las olas,
Esférico
enojado, inseguro,
guerrero, apasionado,
por la arena y las rocas,
se hicieron en mi muelle,
Pies serenos y enraizados
en la lengua de las aguas,
La luna se alzó entre las brumas,
¿Dónde me impaciento?
¿Dónde puedo pararme,
En lo que te espero,
junto con mis miedos,
Aspiro al sargazo posible
siete por siete.
Y tú vienes, y te vas,
imagen cálida,
frenado por los años,
Siempre volviendo,
a veces espuma, a veces viento,
a veces algas y más agua,
Y sigo siendo resistente
como la roca,
pegado a los viejos tiempos,
Te espero, te quiero
y el resto frío.
Donde el amor te espera
no hay gorriones,
solo gaviotas.
No hay condimento,
Excepto por el cuidado
De mis aguas saladas
abundante, silencioso
¡Que te esperan!
En mis brazos
En el sueño, donde anclas
Para un abrazo
Lleno de aire marino
Estoy contento con esta epifanía
Vestida de alegría,
que se desborda
Y enmascaro tu letargo
con mis devotas oraciones,
En mi fantasía:
este para verte de nuevo
para quererte de nuevo,
para tenerte.
Pegado a la dermis interna,
en la boca, saliva,
en el cuerpo, fiebre
y en el alma, la calma
este inmenso anhelo,
que la noche se detendrá
tu esperma, para ofrecerme
Hoy, siempre, y cada día más.
Hay suficiente tiempo en el mar,
vendrás a mi encuentro,
e incluso a medida que
el tiempo se despliega
en otra vida,
Entre el cielo y el mar,
vendrás a buscarme.
Soy la ninfa de tu océano.
Y pospones el reencuentro,
Mantenida a distancia
esta herida impía y divina.
Comentários