Lídia Pastor
Envejecer borracho
Un vino tinto que difumina su negrura,
una copa gastada y una mirada a la nada,
que el tiempo calma a toda prisa
de los demás y se desenreda en la mía.
Del reloj al vaso del olvido sobre la mesa,
que se pierde la edad de los amigos
en el obituario del Daily News.
Y el crucigrama
ya tan garabateado,
Leo tu estado verticalmente
- Cansado de ser inútil, sin creaciones,
sin aventuras, sin preocupaciones
(excepto el hígado y, a veces, la charla)
- Cansado de ser solo útil
En la taberna entre las fichas de dominó
al final de la tarde,
Un viento que a veces sopla
procedentes de España
y la llegada de la perra Laica
que viene a buscarte a la cama.
-Ya voy, Laica, ya voy.
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