Lídia Pastor
Ya no me acuerdo de ti, los contornos de tu cara,
de la sombra de la mirada, del dolor, del resplandor,
de la fe y del ensueño.
Ni siquiera sé si tu timbre pesa en la ciudad,
Si eres arrogante o simplemente te sientes herido
si tus arrugas conviven con el miedo,
Con la soledad, si piensas en los rituales del amor
o si te das espacio.
Quiero que tus pasos sean impersonales,
Ausente de mis brazos
Tus brazos, quiero deletrear mi nombre
sin dejar rastro de ti.
Pido silencio de tu boca,
Impongo distancias y coherencia
Esa es la única forma en que puedo decorar la despedida
y llorar esta ilusión,
Mata a la bestia del amor fuera de las circunstancias.
Que se cumplan los propósitos.
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