Lídia Pastor
Parque de S. Roque
He estado por aquí.
Mucho por tu bien
Por mi culpa. Para verte.
Para estudiarme,
Analizando el impacto
que todavía estabas
trabajando en mí.
Nunca lo denuncié.
Iba por ahí, hacia abajo
al laberinto, por la acera,
Subir las escaleras
De mi añoranza,
investigando las aves,
aplanando el corazón,
Sin rey, sin roca
pateando una pelota,
una roca,
un anhelo rebelde,
en la boca, trauteando
Un canto y un dolor,
Una rareza
de no pertenecer.
Y subió y bajó,
el salón de té cerrado,
Fui al café fuera del parque,
Compraba helado y volvía
Y ya te había perdido
entre una salida y una llegada.
Y así sería. Y volvió.
El fin de semana con sol
Fue programado de esta manera
dependiendo de la música,
de recitales de poesía,
del taller de pintura,
del souvenir hecho imagen real.
Y se fue dentro de mí
Este deseo nunca murió
que ni siquiera podía
cuantificar, denunciar
Y dueño de mí, de la
Pensamiento y acción
El corazón se burló y dijo
Con voz sarcástica:
Aquí no gobiernas,
Y la cobardía fue
dolorosa mina
La de no admitirlo
Que aún soñaba contigo
que todavía te quería.
Orgullosa.
Orgullosa y triste.
Triste,
tontamente triste.
Tristemente sola.
Y así sería.
Para echarte un vistazo.
Para calmarme.
¿No te acuerdas y
Nunca supe olvidarlo.
Y siempre supo ocupar
mi lugar.
Y yo iría y tú no lo harías
Siempre lo has sido.
Venía con los niños,
Extendió la manta por el suelo
Y yo estaba escuchando,
fingiendo que no lo hacía,
que ni siquiera me molestó
Comprobar el sonido
y retroalimentar
Y los niños pululaban
jugando, pintando,
en una raqueta
Y ya no estaba encima de ellos,
Era solo la mitad,
la mitad y hasta la mitad
Todavía se soñaba con
estar completo.
Ya no voy allí y
Sigo viéndote
Entretejiéndote en un marco
En verde y escenario
y mesa de mezclas y
Micrófonos y cables
Todavía escucho a los niños
en el vaivén del pasado.
Ya deberían ser más grandes
y vacunados
Quienes asistieron a la
Talleres escénicos
Donde a la ley de la fuerza
Y su mentira,
Te convertirás en el pasado.
Comentários